Se denomina contaminación ambiental a la presencia de componentes nocivos (entorno natural y artificial), que suponen un perjuicio para los seres Los vivos humanos, incluyendo los seres humanos. La contaminación ambiental está originada principalmente por causas derivadas de la actividad humana, como la emisión a la atmósfera de los gases de efecto invernadero o la explotación de los recursos naturales.
Una de las principales consecuencias de la contaminación ambiental es el calentamiento global, también conocido como cambio climático, por el cual la temperatura del planeta va aumentando de manera progresiva, tanto la temperatura atmosférica como la de mares y océanos.
La contaminación ambiental supone un riesgo para la salud de los seres vivos que habitan los ecosistemas contaminados, incluyendo a los seres humanos. Además, la tala indiscriminada, la explotación excesiva de los recursos naturales y la emisión de contaminantes al medio ambiente (gases a la atmósfera, vertidos en medios acuáticos, residuos sólidos) provoca la destrucción de ecosistemas. De esta forma, muchas especies de animales y plantas ven cómo su hábitat natural se va reduciendo cada vez más, pudiendo llegar a provocar incluso su extinción.
Crear conciencia ciudadana.
No quemar ni talar plantas.
Colocar la basura en los lugares apropiados.
Regular el servicio de aseo urbano.
Controlar el uso de fertilizantes y pesticidas.
Crear vías de desagüe para las industrias que no lleguen a los mares o ríos utilizados para el servicio o consumo del ser humano o de los animales.
Controlar los derrames accidentales de petróleo.
Controlar los relaves mineros.
Reciclar objetos (darles un nuevo uso).
Tomar y generar conciencia de lo que está sucediendo.
Realizar campañas de apoyo.
Evitar el uso de aerosoles.
Tener sentido de responsabilidad.