No hay que tener miedo de la pobreza ni del destierro, ni de la cárcel, ni de la muerte. De lo que hay que tener miedo es del propio miedo. Epicteto de Frigia
ante la presencia del miedo, los impulsos eléctricos entre las neuronas se retrasan y bloquean. El resultado es una disminución de la creatividad y envejecimiento prematuro
Los temores son muy sofisticados, pues además de regirse de un componente biológico, están determinados, modificados y moldeados por la cultura a la que pertenecemos.