En cambio los países de segundo y tercer mundo son economías en desarrollo con niveles de pobreza, desigualdad mas altos y niveles de industrialización mas bajos.
Debido a esto las potencias mundiales, aprovechan para influenciar en dichos países y tener gran parte de sus recursos mediante tratados y/o acuerdos desiguales.
Las empresas que generan estos residuos dejan utilidades donde un porcentaje es utilizado para ayudar a sus países de origen, pero también deberían apoyar a países donde reciben su basura.