A finales del siglo XIX, los empresarios auspiciaron espectáculos masivos lucrativos dirigidos a estas clases populares. Para eso se construyeron estadios.
Lo positivo de la práctica del deporte, fue que los integrantes de equipos desarrollaron el sentido de grupo. Lo negativo fue que continuaron las prácticas de discriminación social.
En algunos casos, hombres y mujeres hicieron del deporte su profesión, y ya no un mero entretenimiento, por lo que muchos deportistas se convirtieron en profesionales a sueldo.