La Providencia entrelaza y gobierna las cosas. De ella fluye todo. Ella añade lo necesario y lo conveniente para el conjunto del Universo, del que formas parte.
Conseguirás tu propósito, si ejecutas cada acción como si se tratara de la última de tu vida, desprovista de toda irreflexión, de toda aversión apasionada que te alejara del dominio de la razón, de toda hipocresía, egoísmo y despecho...
Muerte y vida, gloria e infamia, dolor y placer, riqueza y penuria, todo eso acontece indistintamente al hombre bueno y al malo, pues no es ni bello ni feo....no son ni bienes, ni males.
La muerte no es otra cosa que la disolución de los elementos de que está compuesto cada ser vivo. Y si para los mismos elementos nada temible hay en el hecho de cada uno se transforme de continuo en otro, ¿por qué recelar de la transformación y disolución de todas las cosas?