Cuando Agustín de Iturbide abdicó y tras el llamado Primer Imperio en México, el poder recayó en un triunvirato formado por Pedro Celestino Negrete, Nicolás Bravo y Guadalupe Victoria, que eran un poder provisional que convocó a un Congreso Constituyente que quedó instalado en noviembre de 1823.
En ese Congreso había dos fuerzas, los federalistas y los centralistas, que debatían sobre la forma en que debería quedar constituido el nuevo Estado mexicano.
La nueva Constitución implantó el sistema federalista en una república representativa popular, que se integraría por 19 estados, 4 territorios dependientes del centro y el Distrito Federal.
En total, la Constitución Federal de la República estaba compuesta por siete títulos y 171 artículos, de los cuales destacan la soberanía del territorio, la división de poderes y lo referente al gobierno individual de cada estado.
Ante los cambios originados en 1835, en que las fuerzas conservadoras triunfaron en el territorio, se instaló un Gobierno centralista provisional, se dio fin a la primera República Federal y para el 30 de diciembre de 1836 la primera Constitución quedó fuera de vigor.