Esta tiene como propósito dar estructura al cuerpo y de brindarle energía. Para poder cumplir con su labor, la célula debe de multiplicarse continuamente. Se puede establecer la siguiente verdad: “una célula saludable siempre se multiplica”.
Por esta razón hemos llamado “célula” a la reunión que hacemos en los hogares, porque la célula le da estructura o soporte a la iglesia y así mismo la mantiene viva y en crecimiento. Para ello la célula debe de estar saludable y en el propósito de querer avanzar.
El Anfitrión y la célula en su hogar Como ya se ha explicado, el anfitrión juega un papel muy importante en el trabajo del sistema celular. Todo anfitrión debe de comprender lo que alcanza con abrir una célula en su casa:
Al abrir la reunión en su hogar esta obedeciendo la voluntad de Dios y cumple con lo que la palabra de Dios enseña: “Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder.” Mateo 5:14 RVR1960
La célula en el hogar del anfitrión permite que sus familiares y amigos más cercanos sean expuestos a la predicación del evangelio. Esto hace que ellos tengan la prioridad de conversión y entrega a Dios: ”Al otro día entraron en Cesarea. Y Cornelio los estaba esperando, habiendo convocado a sus parientes y amigos más íntimos.“ Hechos 10:24 RVR1960
Aunque el anfitrión no da la enseñanza al principio, eso no significa que su aporte sea menor al momento de ganar almas para Cristo. El hecho de que en su casa se recibió a la persona que no tiene a Cristo y el líder tuvo un lugar donde pudo predicar la Palabra de Dios, es suficiente aporte para sentir satisfacción en tal acto: “El fruto del justo es árbol de vida; Y el que gana almas es sabio.” Proverbios 11:30 RVR1960
La biblia nos enseña que Dios honra a quien lo honra y al ofrecer su hogar para que la obra de Dios avance, entonces el Señor se encargará de bendecir su vida de acuerdo a su entrega: “Por tanto, Jehová el Dios de Israel dice: …porque yo honraré a los que me honran...” 1 Samuel 2:30 RVR1960
Impulsar a otros para que también abran las puertas de su hogar es un triunfo maravilloso, pues se comparte la bendición del Señor con otros hogares: “…de gracia recibisteis, dad de gracia.” S. Mateo 10:8 RVR1960
Funciones del anfitrión Como se ha planteado anteriormente, el papel que juega el anfitrión es muy importante en la obra de Dios. Y esto tiene que ver por la participación que tiene dentro de la reunión. Podemos enumerar sus funciones de la manera siguiente:
Proveer de un hogar para recibir al pueblo de Dios y los invitados para que se predique ahí la palabra de Dios. No importa si el hogar de un anfitrión es una casa o apartamento. Aun, podría ser una sola habitación, realmente lo que interesa es como el anfitrión prepare el lugar para sus invitados. Un ambiente limpio y ordenado, siempre será un lugar para que las personas quieran estar ahí y escuchar la palabra de Dios.
Recibir a los miembros de la célula y a los invitados haciéndolos sentir en casa. Uno de los problemas más grandes en el mundo y que destruye internamente a las personas es la soledad. Cuando las personas han dejado su familia y amigos para poder trabajar y sacar a adelante a los suyos se paga un precio muy elevado. Ante esta soledad que mata a cualquiera, la bienvenida sincera de un anfitrión hará que cualquiera se sienta en familia. Esto sana muchas heridas y cura la soledad.
Hacer que el líder tenga un buen ambiente para que pueda predicar la palabra de Dios. El anfitrión como el dueño del hogar, debe de estar pendiente de lo que sucede a la hora de la predicación. Si pasa algo que altere el ambiente y sirva de distracción ante la predicación del líder, rápidamente hay que solucionarlo. El anfitrión es el encargado de esto pues el tiene la autoridad sobre su casa. En amor y con sabiduría debe de resolver cualquier inconveniente.
Hacer del momento del refrigerio un espacio lleno de oportunidades para confraternizar y profundizar en la unidad de la célula. En muchas ocasiones será el anfitrión quien comparta el refrigerio. Al hacerlo debe de ofrecerlo con alegría y entusiasmo, pues la comida siempre es un buen momento para compartir y desarrollar amistades profundas como Dios desea. Quien comienza a hacer este ambiente amigable es el anfitrión. En otros momentos el refrigerio será delegado a uno de los miembros de la célula, pero el anfitrión siempre debe de participar a la hora de compartir y aprovechar a hacer un ambiente ameno.
Buscar hogares donde en un futuro se multiplique la célula o se abra una nueva. El anfitrión debe de estar en la búsqueda permanente y persistente de encontrar una persona o familia donde se pueda hacer la reunión. De esto hablaremos más en otro tema, pero podemos adelantar diciendo que nadie puede hablar mejor de las bendiciones de ser un anfitrión que él mismo.
Participar en la planificación como miembro activo y dar ideas o aportes para que la obra de Dios avance. La planificación es una reunión fundamental para que la reunión cumbre tenga éxito. Ahí se revisan los datos de la semana anterior, en base a esto se hace un plan para la próxima reunión. Por ello el anfitrión debe de estar en este momento porque sus apreciaciones serán muy importantes a la hora de tomar decisiones.
Cuidar de los miembros que el Señor le ha encomendado. El anfitrión, al igual que el líder, deben de cuidar del bienestar de los miembros de la célula. Por ello se le recomienda al anfitrión que este en continua comunicación con los miembros, con el propósito de animarlos a asistir a la reunión familiar. Si hay necesidades entre los hermanos, el anfitrión tiene una oportunidad para extender el amor que de Dios se ha recibido.
Trasladar a los miembros de la célula al culto, como también a los invitados. Como ya se expuso anteriormente, es muy importante que cada miembro de la célula se congregue en el servicio del templo, pues ahí será edificado por el ministerio que Dios ha establecido en la iglesia. Por eso es importante hacer todo lo posible del traslado de los miembros y de los invitados a los servicios de los cultos en el templo. El anfitrión puede participar en esta bendición si tiene los medios para poder hacerlo. Si no cuenta con transporte donde pueda ayudar a las personas, por lo menos debe de animar a las personas a congregarse y no faltar.
Sin lugar a dudas que la participación de los anfitriones en la célula es muy fundamental. Complementa el trabajo que el líder y los demás miembros hacen. Todo Anfitrion debe de sentirse que ocupa una posición estratégica en la obra de Dios y debe de proponerse a cumplir con ese llamado tan elevado que Dios le hace. Al ser fiel en su servicio al Señor, recibirá honra y recompensa de aquel que le ha elegido para cumplir con esta tarea tan especial.