El fin que persigue el Estado teológicamente o espiritualmente, es el fin del bien público temporal. Siendo el Estado una institución humana, tiene naturalmente un fin. Por lo tanto, para estudiar el al Estado hay que estudiar el objeto al que se dirige su actividad. El fin será el que determine las atribuciones, la competencia material de los diferentes órganos del estado y en función de esa competencia se crearán esos órganos.