El modelo del negocio de la moda rápida es famoso por el ingente volumen de ropa que produce, la rapidez con la que esta se introduce en el mercado, y por los monumentales impactos medioambientales y sociales.
Es difícil imaginar cómo podría empeorar la moda rápida, pero ya lo ha hecho. SHEIN, la marca china de moda online, lidera la moda ultrarrápida,un fenómeno que lleva al extremo el modelo de negocio de la moda rápida.
La industria de la moda es responsable de hasta un 10% de las emisiones mundiales de gases de
efecto invernadero e incumple sus propios compromisos sobre estas emisiones.
Es una de las principales causas de la contaminación del agua mundial y más del 80% de los impactos medioambientales de su cadena de suministro tienen lugar en los países del sur global donde se fabrica la inmensa mayoría de la ropa.
Las medidas voluntarias solo solucionan el problema hasta cierto punto, ya que siempre habrá empresas que no harán nada salvo que se lo exija la normativa, ya sea utilizar sustancias químicas peligrosas, contaminar el agua o acelerar la rotación de la ropa de plástico de usar y tirarlo
Las marcas como Zara y H&M llevan años trabajando de forma exitosa para desintoxicar sus cadenas de suministro, con el subsiguiente efecto positivo que conlleva la transparencia en la cadena de suministro.
El ingenioso marketing de SHEIN bombardea a la juventud a través de novedosas plataformas de redes sociales como TikTok, con productos de aspecto glamuroso que se venden a precios bajísimos, promocionados por influencers que obtienen productos gratis y otros beneficios a cambio de hacer correr la voz.
Se descubrió que SHEIN incumple la normativa medioambiental de la UE sobre sustancias químicas, una normativa que tanto ha costado conseguir, poniendo así en peligro la salud de consumidores y del personal de los proveedores que fabrican los productos.
Las sustancias químicas no solo permanecen en las regiones donde se fabrica la ropa; se han encontrado sustancias químicas persistentes en todo el mundo, desde los casquetes polares pasando por regiones montañosas remotas, hasta elfondo del mar.
Muchos productos de moda rápida se fabrican en grandes volúmenes y se hacen para usar y tirar. Menos del 1% de las prendas se
reciclan y convierten en ropa nueva .
Los productos no vendidos o devueltos se destruyen de forma rutinaria. Por tanto, cuando llega el final del ciclo de la moda y se tiran prendas que contienen sustancias químicas peligrosas es inevitablemente que contaminen el camión de residuos textiles que se quema o se envía al vertedero
cada segundo.
Si las marcas de moda se toman en serio la circularidad, lo primero que deben hacer es abordar el problema de las sustancias químicas peligrosas para evitar que durante años se recirculen en la ropa de segunda mano o que contaminen las fibras textiles recicladas.