Fundada hacia el año 753 a. C., Roma fue ampliando su territorio inicial hasta convertirse en la capital del imperio más extenso de la Antigüedad. Durante la época republicana se configuraron los elementos esenciales de la civilización romana, caracterizada por el sentido práctico y la capacidad para asimilar influencias culturales externas, principalmente las provenientes del legado griego.
Durante la República, los ciudadanos romanos, reunidos en asambleas o comicios, decidían sobre las leyes y elegían a los magistrados, que eran los encargados de gobernar. El Senado, en el que sólo estaban representadas las familias nobles, o patricios, aconsejaba a los magistrados y decidía sobre la política exterior
La sociedad estaba dividida en:
Los patricios, propietarios de la mayor parte de las tierras y los rebaños. Participaban en el Senado y ocupaban las más altas magistraturas del Estado.
Los plebeyos, pequeños propietarios, comerciantes y artesanos. Poco a poco alcanzaron la igualdad política y civil con los patricios.
Los esclavos, cautivos de guerra o hijos de esclavos, no eran considerados personas. Trabajaban en el campo, en las minas o como criados en las casas de los patricios.
Las mujeres estaban excluidas de la vida política.
Durante los siglos V y IV a. C., Roma tuvo que luchar por la propia supervivencia, constantemente amenazada por los pueblos vecinos. Su eficaz organización militar, basada en las legiones, su creciente poder económico y su situación estratégica, entre las principales vías de comunicación de Italia
La gran expansión territorial de Roma, que en el año 168 se anexionó Macedonia y a lo largo del siglo siguiente Grecia, Asia Menor, Egipto, Siria, las Galias e Hispania, tuvo como consecuencia la crisis política y social de la República.
La aristocracia senatorial fue desplazando a otras clases del poder, mientras los comerciantes se enriquecían y los pequeños propietarios agrícolas, quedaban arruinados.
Tras un periodo de guerras civiles, Julio César intentó restaurar el orden con la formación de un triunvirato formado por él mismo, Pompeyo y Craso. Luego quiso establecer un gobierno personal, pero fue asesinado: se formó entonces un segundo triunvirato integrado por Octavio, Lépido y Marco Antonio.
La República, que se había mantenido durante casi cinco siglos, pronto iba a ser sustituida por un nuevo sistema político, el Imperio.