PRESENTATION OUTLINE
LA VIDA DE RAMÓN GÓMEZ SERNA
Nació el 3 de julio de 1888 en Madrid.
Hijo de Javier Gómez de la Serna, jurista funcionario en el Ministerio de Ultramar, su madre, Josefa Puig Coronado, era sobrina de la poetisa Carolina Coronado.
Cursó estudios de Derecho, aunque desde muy temprano sintió afición por el periodismo. Reconocido iconoclasta con respecto a las artes y tendencias culturales, se mostró como un vanguardista de las vanguardias. Creó un estilo conocido como el ramonismo, sinónimo de independencia y provocación.
Fue un autor prolífico con más de cien libros de todos los géneros y de la greguería, que él mismo definió como "metáfora más humor". Sintió una ligazón especial con Madrid a la que definió como "Madrid es no tener nada y tenerlo todo".
Nihilista que ante la sociedad carente de valores que le tocó vivir respondió con una extravagancia casi esperpéntica. Escribió en El Sol, La Voz, Revista de Occidente, El Liberal.
Con Azorín fundó el PEN Club español. Fue secretario del Ateneo de Madrid. Al estallar la Guerra Civil española Ramón Gómez de la Serna se traslada a Buenos Aires, ciudad en la que falleció el 12 de enero de 1963.
¿Qué es la greguería?
"La cosa sucedió en el piso primero derecha de la casa número 11 de la calle de la Puebla, en la villa y corte de Madrid.
Era un día aplastado por una tormenta de verano. Tenía hinchada la frente. Me asomaba al balcón y volvía a meterme dentro y a sentarme.
Vivía aún don Jacinto Octavio Picón -secretario perpetuo de la Academia-, y yo ya estaba harto de don Jacinto Octavio Picón.
Sobre mi mesa, las tijeras, abiertas como cuando los pelícanos abren el pico los días de calor, estorbaban la idea. Las cerré.
Por fin, en una última llamada del balcón, dándome un golpe contra la esquina del diván al salir a buscar lo que estaba entre el cielo y la tierra, encontré la invención de la greguería.
"La cosa sucedió en el piso primero derecha de la casa número 11 de la calle de la Puebla, en la villa y corte de Madrid.
Era un día aplastado por una tormenta de verano. Tenía hinchada la frente. Me asomaba al balcón y volvía a meterme dentro y a sentarme.
Vivía aún don Jacinto Octavio Picón -secretario perpetuo de la Academia-, y yo ya estaba harto de don Jacinto Octavio Picón.
Sobre mi mesa, las tijeras, abiertas como cuando los pelícanos abren el pico los días de calor, estorbaban la idea. Las cerré.
Por fin, en una última llamada del balcón, dándome un golpe contra la esquina del diván al salir a buscar lo que estaba entre el cielo y la tierra, encontré la invención de la greguería.
Sí... Yo quería decir, yo había pensado... recordando el Arno en Florencia... frente a aquella pensión en que habité... que... que la orilla de allá... Sí, la orilla de allá quería estar a la orilla de acá... Eso, ese deseo inaudito pero real... Esa perturbación de la estabilidad de las orillas, ¿qué era?... Era... "una greguería". Así me salió del bombo central "esa" palabra que no sabía lo que significaba y fui al diccionario para ver lo que era..."
Sí... Yo quería decir, yo había pensado... recordando el Arno en Florencia... frente a aquella pensión en que habité... que... que la orilla de allá... Sí, la orilla de allá quería estar a la orilla de acá... Eso, ese deseo inaudito pero real... Esa perturbación de la estabilidad de las orillas, ¿qué era?... Era... "una greguería". Así me salió del bombo central "esa" palabra que no sabía lo que significaba y fui al diccionario para ver lo que era..."