Ya desde el inicio de sus estudios, asume profundamente el discurso litúrgico, fruto del cual es el libro El espíritu de la liturgia.
Guardini quería liberar al hombre de la influencia del materialismo así como del subjetivismo que borraba su identidad, proponiendo su reflexión sacramental a partir del signo, y estableciendo una triple relación entre fe, Iglesia y sacramentos.
Su ingente obra puede esquematizarse hablando de que la Iglesia más que administrar los sacramentos, los celebra como signos de su fe en el hecho salvífico de la Pascua
El planteamiento desde que Casel considera sus proposiciones acerca de la liturgia y los sacramentos es desde el misterio
La presencia del misterio en la acción litúrgica, tuvo su reconocimiento por parte del magisterio de la iglesia en el año 1947, en la Mediator Dei, de Pío XII, refrendándose después en el Vaticano II
La relación entre liturgia y sacramentos es muy estrecha, si bien siempre se producía una separación entre reflexión dogmática y celebración litúrgica,
Se busca establecer una exacta relación entre la liturgia y la teología, y aquí surge otro punto de fricción y es el considerar correcto el situar la liturgia como lugar teológico o no
El autor nos expone las líneas maestras sobre las que discurrirá su tratado de sacramentología, dejando claro que es necesario concretar que entendemos hoy por sacramento.
Plantea el tema desde un punto de vista actual y en línea con la teología contemporánea.
Importante anotación final, de tinte ecuménico, relacionando palabra y sacramento