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La perla

Published on Mar 06, 2016

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La perla

 JOHN STEINBECK
Photo by Tiendq

“La perla” trata de una familia de pescadores compuesta por un matrimonio y su hijo, vivían en una aldea de pescadores que se ganaban la vida pescando y a veces vendiendo las perlas que encontraban. La historia empieza en una mañana como otra cualquiera. Kino, el padre de familia se despertaba por la mañana dispuesto a trabajar y su mujer Juana se levantaba para hacer el desayuno matutino compuesto de tortas echas al fuego. Todo parecía tranquilo cuando dirigieron sus miradas a la cuna de Coyotito, su hijo, por las cuerdas de la cual bajaba amenazador un escorpión dirigiéndose hacia el pequeño. Kino trató de agarrarlo y alejarlo del niño pero resulto demasiado tarde, ya que la afilada cola del escorpión había inyectado su veneno al niño. Kino consiguió matar al escorpión y Juana cogió al niño para dirigirse los dos a la casa del doctor. Al llegar a la puerta del doctor, salió el criado a recibirlos, y al explicarle Kino lo ocurrido, el criado les hizo esperar fuera y fue a contárselo al doctor. El doctor le dijo al criado que les preguntara si tenían dinero ya que si no, no les atendería. El criado se dirigió a la puerta para preguntarle a Kino sobre lo que el doctor le había dicho, y al ver que no tenían dinero, les contó que el doctor no estaba en casa para librarse de ellos. Kino sabía que el doctor sí estaba en casa, pero que no quería atenderlos por no tener dinero. A Kino solo se le ocurrió de ir al mar a buscar una perla para poder pagar al doctor. Kino, Juana y el niño se dirigieron a su canoa para zarpar en busca de la perla. Kino se sumergió varias veces hasta encontrar lo que parecía la perla más grande encontrada jamás. La noticia del gran hallazgo no tardó en extenderse por todo el pueblo y la gente no dejaba de hablar de que Kino había encontrado la Perla del Mundo. La noticia llegó al doctor que emprendió el camino hacia la casa de Juana y Kino. Mientras ellos no dejaban de pensar en todo lo que podrían hacer con las riquezas que la perla podía darles. Cuando el doctor llegó a la casa, Kino no estaba alegrado después de la negativa anterior que el doctor les había dado, pero era el único que podía curar a su hijo y entonces le dejó pasar. El doctor curó la picadura del escorpión de Coyotito y le dijo a Kino que le pagara su consulta, y Kino le aseguró que lo haría cuando hubiese vendido la perla. Esa misma noche intentaron robar la perla pero Kino consiguió defenderla y hacer huir al ladrón. Al día siguiente Kino, Juana y su hijo se dirigieron a la ciudad para vender la gran perla. Fueron al puesto de un tasador que ofreció un precio muy pequeño. Kino no estaba conforme con ello y cogió la perla dispuesto a marcharse, cuando el tasador le dijo que no solo él le ofrecería ese precio sino que otros también dirían que esa perla no es gran cosa. Llamó a otros tres compradores y éstos le dijeron lo mismo que el primero. Kino salió de allí y se dirigió a su casa acompañado de su mujer. Juana le dijo que posiblemente los compradores se habían puesto de acuerdo para no ofrecer más de mil quinientos pesos por la perla. Kino se dio cuenta de que allí no encontraría a nadie que le ofreciera suficiente dinero por la perla y decidió ir a al capital por la mañana. Juana había pensado siempre que esa perla estaba maldita y decidió tirarla al mar, pero Kino se dio cuenta y fue a detenerla, incluso llegó a pegarla. Era aún de noche y Kino, tras recuperar la perla, volvía a la choza donde advirtió la presencia de un hombre que intentaba entrar. Kino cogió su cuchillo y se dirigió hacia el desconocido clavándole el cuchillo en el cuello, fue golpeado y cayó al suelo, abriendo su mano y dejando que la perla rodara por una pendiente. Juana, casi recuperada del golpe recibido por su marido, se dirigió hacia Kino para reanimarle. Kino, asustado por haber matado a aquel hombre, le dijo a Juana que cogiera al niño y provisiones para abandonar el pueblo. Kino se dirigió a su canoa, la cual estaba agujereada e inservible. Kino retornaba a la casa cuando esta empezó a arder y Juana salía de ella con el niño en brazos. Juana le dijo que habían sido dos hombres. Kino la cogió por el brazo y se dirigieron a la casa del hermano de Kino escondiéndose allí durante todo el día siguiente y, cuando se acercaba la noche, partieron él y Juana con el niño hacia el Norte para huir del escenario del crimen. Rodearon la ciudad para evitar ser vistos y se dirigieron al camino que se alejaba de esta. Tras varias horas de camino, Kino descubrió que les estaban siguiendo dos tramperos que rastreaban el camino y un hombre montado a caballo que les seguía con un rifle. Kino y Juana huyeron de ellos hasta llegar a una cueva en las montañas al lado de una fuente de agua. Los rastreadores llegaron de noche al lugar done Kino y su familia se escondían. Los tres hombres se pararon al lado de la fuente para pasar la noche. El hombre que tenía el rifle estaba de guardia mientras los otros dos dormían. Kino decidió atacar al hombre que estaba armado para poder acabar con todo aquello. El niño empezó a llorar en el interior de la cueva donde se escondía Juana. Kino, ya cerca de su víctima, aprovecho el instante de distracción provocado por el niño y se abalanzó sobre el hombre clavándole su cuchillo y apoderándose del rifle, con el que mató a los otros dos. Kino y Juana decidieron volver al pueblo donde vivían y dejando de lado todo lo ocurrido, Kino se dio cuenta de que aquella perla parecía maldita y la arrojó con fuerza al mar donde se sumergió y desapareció de las vidas de Kino y su familia.

Photo by Jill Clardy