23 Y ustedes también, hijos de Sión, alégrense y llénense de gozo en el Señor su Dios; porque él les ha dado la primera lluvia a su tiempo, y enviará sobre ustedes lluvias tempranas y tardías, como al principio.
Se llamaban así porque eran las primeras lluvias del ciclo agrícola. Solo duraban unos días, quizá hasta una semana. Su importancia era vital, pues preparaban el terreno para ser sembrado iniciando con ello el ciclo agrícola
Esta lluvia caía tardíamente, después de la estación lluviosa habitual, de manera más suave, pero más abundante. Esta lluvia era la que permitía la floración, el crecimiento final del fruto, la maduración del fruto, es decir – era la lluvia que preparaba el fruto para la cosecha
12 «Ahora bien», afirma el Señor,
«vuélvanse a mí de todo corazón,
con ayuno, llantos y lamentos».
13 Rásguense el corazón
y no las vestiduras.
Vuélvanse al Señor su Dios,
porque él es misericordioso y compasivo,
lento para la ira y lleno de amor,
cambia de parecer y no castiga.
Alejaré de ustedes al que viene del norte,
arrojándolo hacia una tierra seca y desolada:
lanzaré su vanguardia hacia el mar oriental,
y su retaguardia hacia el mar occidental.
Subirá su hedor
y se elevará su fetidez