Estando en un grupo de jóvenes (poco tiempo antes de llegar a Nuevo Pacto), el expositor iniciaba su plática de noviazgo con la siguiente pregunta: (haz el ejercicio). Vida mas sencilla, hijos mas cuidados como lo es o fue tu madre.

A lo que todos los hombres que estábamos ahí en coro unísono contestamos ¡Yo! ¡Claro!, ¡Por supuesto! (uno que otro valiente comento el sazón de mama, los postres famosos, en mi caso mi falta de habilidad para planchar y por consecuencia mi necesidad a que me planchen).

Este luego paso a preguntar a las mujeres, (ejercicio) es muy probable que quieras levantar tu mano, día del padre. En aquella ocasión muy pocas por no decir casi ninguna levanto la mano, se limitaron a estar en silencio y si ¡ESE SILENCIO ERA INCOMODO!

¡WOW! Realmente no podía creerlo. Entiendo que como HUMANOS NO SOMOS PERFECTOS, pero ¡VAMOS! Sentando en mi silla en ese salón solo pensaba NINGUNA? La figura paterna completamente devaluada.

Claro el tema ese día era mucho más intenso y nada relacionado al de hoy, pero mi mente y corazón habían sido aturdidos. Qué tipo de padres serian estos para no poder rescatar algo? ¡Una mínima característica! ¡ALGO!

Seré honesto contigo: No puedo imaginar mi vida de padre sin intentar imitar lo que he aprendido de mi padre.

Basta decir que en la actualidad: 31 de cada 100 hogares son monoparentales (en donde la formación de los hijos está a cargo de un solo padre o madre).

Y si, tristemente en nuestra sociedad quien SE AUSENTA ES EL PADRE.

Probablemente esto explicaría el porque no muchas levantaron su mano.

Conozco a mi padre y a muchos padres de esta iglesia y pudiéramos hablar de sus hazañas dentro de la fe, de su destreza física y emocional, como han resuelto situaciones que creíamos imposibles.

Pero antes de iniciar, puede que tu no sientas eso de tu padre y quiero darte una verdad (una perla como me gusta a mi llamarla): Dios no se equivocó en darte ese padre que tienes o tuviste. Por mayor numero de áreas de oportunidad que haya tenido, Dios te lo dio. Pero lo mejor de todo ello es que Dios nos ha dado la oportunidad de decirle a EL PADRE y ahora somos sus hijos y eso limo, sano, renovó, toda relación difícil, dolosa con tu padre terrenal.

En la Biblia encontramos padres ejemplares: Abraham, Isaí, Josué, inclusive Job.
Pero hoy hablaremos de un padre que es mucho mas conocido por su hija que por si solo. Este es Jairo, en el descubriremos tres características paternales que urgen hoy día. “El padre que necesitamos HOY”

Jairo es descrito como uno de los jefes de la sinagoga de Jerash, en la antigua Decápolis, a comienzos del primer siglo de nuestra era, y como tal tenía a su cargo la administración de ella.

Presidía la junta de ancianos (algo como la junta de administradores); era el responsable del buen funcionamiento de todo, desde la dirección del culto, asignación de obligaciones, hasta el mantenimiento. Y además de esto era PADRE. ¡WOW! Era algo pesado. Algo difícil que nosotros hemos divido en organizaciones y comisiones.

Tan ocupado como un “PADRE MODERNO”, tal vez como TU. Con trabajo, familia, iglesia y compromisos sociales.

40 Cuando Jesús regresó a Galilea, la gente lo recibió con mucha alegría, pues lo había estado esperando. 41 En ese momento llegó un hombre llamado Jairo, que era jefe de la sinagoga. Se acercó a Jesús, se inclinó hasta el suelo y le suplicó que fuera a su casa, 42 porque su única hija, que tenía doce años, se estaba muriendo.

Lo encontramos buscando a Jesús pero NO por una situación relacionada a su trabajo (no fue para mostrarle y dar reporte del excelente trabajo que había venido realizando, para darle algún obsequio valioso que pudiera llamara su atención) NO lo buscaba por una necesidad familiar: Su única hija estaba enferma, y en ese momento a pesar de todo lo bueno que podía ser su encuentro con Jesús debido a su puesto laboral. SU PRIORIDAD ERA SU HIJA.

No soy papá y probablemente esto te será difícil aceptar debido a mi nula experiencia pero muchos padres hoy día no son conscientes de situaciones que suceden a los hijos en casa, pero para seguir dentro del sentir de la historia, llamemos a estas “situaciones” - “ENFERMEDADES”.
Enfermedad social, espiritual, emocional que sufren tus hijos. Estamos tan ocupados, que nuestro “espacio para respirar” – RELAX, se ha hecho tan pequeño que parece que hemos perdido nuestra conciencia de familia.

Piensa esto. Brindar un abrazo cariñoso a un hijo, solo te restará cuatro o cinco segundos, de esos 86 mil 400 segundos que tiene un día. Orando con tus hijos, bendiciéndoles, interesándote en las pequeñas cosas que lo preocupan y hacen feliz. No te quita mucho tiempo, no?

A. Jairo fue a la fuente correcta. “Jesús”
B. Supo ir sin orgullo, sin tapujos. En completa honestidad, sabiendo que en sus fuerzas no podía, que ya no se trataba de lo mucho que el era o había logrado por su esfuerzo.
“Se acercó a Jesús, se inclinó hasta el suelo y le suplicó que fuera a su casa.”
C. Supo pedir de la manera correcta. Le rogo… no ordeno, demando. No permitió que su momento de pánico/shock quitara honor a quien la merecía: Jesús.
“Le suplicó que fuera a su casa.”

Kyle Idleman en su libro NO SOY FAN, habla de la diferencia entre un FAN y SEGUIDOR de Jesús. En Jairo podemos ver su devoción. Ya que un SEGUIDOR corre a Jesús en tiempo de crisis. Mientras un FAN espera tiempos mejores para seguir buscando de El.

D. Jairo pudo ir a otra parte (el mejor hospital, la mejor clínica) su condición económica se lo permitía (le alcanzaba para pagar el mejor doctor, el mejor especialista), su posición social era respetable para buscar ayuda, su religión, entre otras cosas: SE LO PERMITIAN. Pero fue postrado ANTE EL QUE TODO LO PUEDE: JESUS.

No llevo muerte, quejas, derrota, desolación. LLEVO AL DADOR DE VIDA Y VIDA EN ABUNDANCIA.

Esto no es un dato oficial pero como padre o futuro padre. No estas convencido que esta parte de llevar/proveer viene en nuestro chip?
¡A CASA LLEVAMOS LO MEJOR! O NO?
Qué es lo que llevas como padre a casa? Problemas, frustraciones, pleitos.

Llevar a Jesús a casa siempre presentara un desafío. Ya que en casa SOMOS TAL Y COMO SOMOS.

En nuestra vida es común encontrar contratiempos para no, si se nos diera la oportunidad de llevar a Jesús a casa de en este momento, pensaríamos que tan limpio deje mi cuarto, cuantos platos sucios hay en el sink, o nos lamentaríamos no haber aprovechado ayer para limpiar el patio de enfrente.

Jairo batallo con contratiempos para llegar a casa.

1. La multitud (congestionamiento vial, compromisos en la iglesia, compromisos sociales).
Jesús se fue con Jairo. Mucha gente los siguió y se amontonó alrededor de Jesús.

Incluso una mujer detiene a Jesús para ser sanada. Y pareciera que se pierden minutos valiosos para acercarnos a un triste desenlace.

2. Familia: Nuestra familia directa como la familia de la fe puede ser un contratiempo.

49 Jesús no había terminado de hablar cuando llegó un mensajero, que venía de la casa de Jairo, y le dijo: —Ya murió su hija. No moleste usted más al Maestro.

3. Problemas en el trabajo y dentro del núcleo familiar: Esos problemas que parecen ya no tener solución, son contratiempos.

49 —Ya murió su hija. No moleste usted más al Maestro.
50 Al oír esto, Jesús le dijo a Jairo:
—No tengas miedo. Confía en mí y ella se pondrá bien.
Contra todo esto Jairo llevo a Jesús a casa, supero todo. El trabajo como padre estaba hecho, lo demás quedaba en las manos de Jesús.

51-53 Cuando llegaron a la casa, todos lloraban y lamentaban la muerte de la niña, pero Jesús les dijo: «¡No lloren! La niña no está muerta; sólo está dormida.» La gente empezó a burlarse de Jesús, pues sabían que la niña estaba muerta. Entonces Jesús entró con Pedro, Santiago, Juan, Jairo y la madre de la niña, y no dejó que nadie más entrara. 54 Tomó de la mano a la niña y le dijo: «¡Niña, levántate!»
55 La niña volvió a vivir, y al instante se levantó. Jesús mandó entonces que le dieran a la niña algo de comer.

TRES CARACTERISTICAS PATERNALES QUE SALVABAN LA VIDA DE SU HIJA.

Es cierto que como hijos y padres hemos crecido en tiempos diferentes, pero estos no han sido mejores ni peores. Basta con abrir tu PC, tableta, smartphone para darte cuenta del tiempo que nos toca vivir.

Una travesía llena de riesgos. Termino con esta reflexión: Un niño viajaba en avión, en medio de gente adulta, y allí sentado con toda tranquilidad, llamo la atención de un pasajero que le pregunto; Hemos pasado turbulencias, tormentas, es de noche, no se si te has dado cuenta que vamos en un avión, Porque tan tranquilo y sin miedo. A lo que el niño respondió, Por qué habría de tenerlo? Mi papá es el piloto del avión.

Esa debería ser la manera en que impactemos a nuestros hijos. Que nuestra influencia no produzca dolor, temor, desconfianza, tristeza. Si no todo lo contrario bienestar, seguridad, confianza y alegría.

Que el reto sea ser padres tipo Jairo: PADRES CON CONCIENCIA DE FAMILIA, PADRES QUE SEPAMOS A QUIEN ACUDIR EN MEDIO DE LA CRISIS, PERO SOBRE TODO PADRES QUE TODOS LOS DIAS LLEVEMOS A JESUS A CASA.