PRESENTATION OUTLINE
Dame una rosa roja -le dijo-, y te cantare mi más dulce canción.
El rosal sacudió la cabeza.
-mis rosas son blancas- le contesto el rosal-; blancas como luz de luna, mas blancas que la nieve de la montaña. Ve con mi hermano que crece enroscado en antiguo reloj de sol que se encuentra el las ruinas del viejo reino y quizás el te de lo que quieres.
Y el zorzal voló hacia el rosal que crecía enroscado en el reloj del antiguo reino.
-Dame una rosa roja- gritó-, y te cantare la mas dulce canción.
Y el rosal sacudió la cabeza.
-Mis rosas son amarillas- dijo el rosal- tan amarillas como el cabello de la sirena que se sienta en el trono de ámbar y mas amarillas que el Narciso antes de ser cortado por el segador con su hoz.
Ve con mi hermano que vive a las orillas del gran río congelado frente a la cueva del fauno, y quizás el te de lo que quieres.
El zorzal voló hacia la cueva del fauno y cruzo el gran río congelado.
Dame una rosa roja - rogó el zorzal-. Y te cantare mi mas dulce canción.
Pero el rosal sacudió la cabeza.
- mis rosas son rojas- contestó; tan rojas como el fruto del Manzano prohibido y mas rojas que los abanicos de coral que se mecen en las cavernas del océano. Pero el hielo ha helado mis venas y el frío ha secado mis brotes y la escarcha ha desgarrado mis ramas y no tendré rosas este año.
-solo quiero una rosa roja- insistió el zorzal-, !solo una rosa roja¡¿no hay ningún medio para conseguirla?
-Hay un medio- le dijo el rosal-, pero es tan terrible que no me atrevo a decírtelo.
-dímelo, no tengo miedo- rogó el zorzal-, tienes que hacértela con música a la luz de la luna y teñirla con la propia sangre de tu corazón, y tu sangre debe correr por mis venas y ser mi sangre.
-La muerte es un precio muy alto por una rosa roja- exclamó el zorzal-, y todos amamos la vida.
El amor es mejor que la vida, y ¿que es el corazón de un pájaro comparado con el de un fauno?
Entonces despegó para el vuelo sus oscuras alas y se monto en el aire. Paso sobre el jardín como una sombra, y como una sombra voló entre los árboles.
El fauno yacía todavía sobre la hierba, donde el zorzal le avía dejado.
-¡Sé feliz - gritó el zorzal-. Tendrás tu rosa roja. Te la haré con la sangre de mi corazón.
Porque el amor es mas poderoso que el poder por poderoso que este sea. Sus alas son del color del fuego y del color del fuego es su cuerpo. Sus labios sin dulces como la miel, y su aliento como el incienso.
El fauno levantó la cabeza y escuchó, pero no pudo comprender lo que el zorzal le decía, porque el solo sabia las cosas que veía y están escritas en los libros.
Pero aquel árbol de higos donde el zorzal puso su nido si comprendió, y se entristeció, porque tenía gran cariño por el pequeño zorzal.
-Cántame una canción- le pidió tristemente- ¡Te echaré en falta cuando te vayas!
Y el zorzal canto para aquel árbol.