Patéticas vidas de lujo. Incomprensibles fichajes desproporcionadas. Rutilantes carreras truncadas. Coches millonarios para conductores sin carnet. Y casas inalcanzables, con desagües, como las de los demás.
Es real, ahora los presidentes de grandes clubs presentan a los fichajes acompañados de sus allegados. Familia, fútbol, dinero... Nos han puesto en bandeja un explosivo cóctel, que sólo hay que servir.