¡Oh mi Señor! ¡Oh mi Señor! Ésta es una lámpara encendida con el fuego de tu amor, que arde con la llama que está encendida en el árbol de tu misericordia. ¡Oh mi Señor! Aviva su luz, calor y llama con el fuego que arde en el Sinaí de tu Manifestación.
Verdaderamente Tú eres el que confirma, el que ayuda, el Poderoso, el Generoso, el que ama.
¡Oh Dios, mi Dios! Somos siervos tuyos que nos hemos vuelto con devoción hacia tu sagrado rostro, habiéndonos apartado de todo menos de Ti en este glorioso Día. Henos aquí, reunidos en esta asamblea espiritual, unidos en nuestras miras y pensamientos, con nuestros propósitos armonizados para exaltar tu Palabra entre la humanidad.
¡Oh Señor, nuestro Dios! Haz de nosotros los signos de tu guía divina, estandartes de tu exaltada Fe entre los hombres, siervos de tu poderoso Convenio, oh Tú, nuestro altísimo Señor, manifestaciones de tu divina unidad en tu reino de Abhá y estrellas resplandecientes que brillan sobre todas las regiones.
¡Señor! Ayúdanos a ser como los mares que se levantan por el oleaje de tu maravillosa gracia; como corrientes que fluyen desde tus alturas todo gloriosas; como hermosos frutos en el árbol de tu divina Causa; como árboles que se mecen en tu viña celestial por las brisas de tu munificencia.
¡Oh Dios! Haz que nuestras almas dependan de los versos de tu divina unidad, que nuestros corazones se regocijen por las efusiones de tu gracia, que nos unamos como las olas de un solo mar y lleguemos a fundirnos como los rayos de tu luz refulgente; para que nuestros pensamientos, nuestras miras y nuestros sentimientos se conviertan en una sola realidad, manifestando el espíritu de unión por todo el mundo. Tú eres el Munífico, el Generoso, el Obsequioso, el Todopoderoso, el Misericordioso, el Compasivo. 'Abdu'l-Bahá